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El poder de elegir: Cómo tus decisiones moldean tu vida.
Las decisiones que tomamos diariamente, ya sean pequeñas o grandes, tienen un impacto en la dirección que queremos darle a nuestra vida, y esa capacidad de saber elegir correctamente, aunque algunos no le den la importancia necesaria, es la que hace la diferencia. Cuando reflexionamos sobre el concepto de «decisión», es importante reconocer que cada elección que hacemos, desde lo más trivial hasta lo más trascendental, va tejiendo el entramado de nuestra existencia, ya sea para bien o para mal.
Un ejemplo bíblico que respalda la importancia de las decisiones y cómo estas afectan nuestra vida.
«Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes de que les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elijan, pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descendientes.»
Deuteronomio 30:19:
La mayoría de los adolescentes atraviesan esta etapa de la vida tomando decisiones sin detenerse a reflexionar sobre sus consecuencias. La conciencia en la toma de decisiones no solo significa estar presente, sino también ser deliberado y cuidadoso con las opciones que elegimos. Tomar las decisiones de la vida siendo conscientes de lo que nos perjudica y nos beneficia, nos permite vivir una vida más auténtica, alineada con nuestros valores y metas personales.
Es de suma importancia tomar buenas decisiones en la etapa de la adolescencia, ya que a lo largo del tiempo, las decisiones que tomamos se van acumulando, y estas decisiones van creando una cadena de eventos que nos llevan hacia un determinado destino. Esta acumulación puede ser positiva o negativa, dependiendo de la naturaleza de nuestras elecciones.
Luego, una vez que tomamos las decisiones, llegan las consecuencias. Y es en ese momento en que debemos reconocer que nosotros mismos somos constructores de nuestro destino por medio de buenas o malas elecciones. Cada decisión es un ladrillo en la construcción de nuestra vida, y depende de nosotros construir un futuro sólido y estable.
Consecuencias de tomar malas decisiones.
Un texto bíblico que habla de las consecuencias de tomar malas decisiones y cómo estas pueden llevar a resultados negativos se encuentra en Gálatas 6:7-8:
«No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.»
Para tomar decisiones que realmente impacten de manera positiva nuestra vida, es fundamental basarlas en nuestros valores más profundos. Cuando nuestras elecciones están alineadas con lo que realmente valoramos, experimentamos un mayor grado de satisfacción y sentido de la vida. Asi mismo, nuestras decisiones, grandes y pequeñas, son las que determinan quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos.
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Construyendo un futuro solido.
El deseo de toda persona consiente es tener un buen futuro. Sin embargo el tener una vida agradable en el presente y futuro esta estrechamente relacionado con una buena planificación. Todos tus proyectos o decisiones deben enfocarse en el bien común. Es decir, si eliges realizar un proyecto que te beneficia a ti pero perjudica a los demás, entonces no es una buena decisión. Tarde o temprano estarás en la ruina.
Proverbios 16:3 nos exhorta a:
«Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.»
Planificar y trabajar con diligencia es importante, pero confiar en que Dios guiará y bendecirá nuestros esfuerzos es crucial para asegurar que nuestros planes prosperen. Construir un futuro sólido no es algo que se logre de la noche a la mañana. Requiere un enfoque deliberado, disciplina y la capacidad de establecer y seguir un plan claro hacia nuestras metas. Este proceso es esencial para cualquier persona que desee vivir una vida llena de propósito y realización.
Pero, en que momento hago todo eso?
El presente es todo lo que tenemos. A menudo, las personas se pierden en los recuerdos del pasado o en las preocupaciones del futuro, olvidando que el único momento en el que realmente pueden influir es el ahora. Actuar en el presente es esencial para construir un mañana mejor, ya que cada acción que tomamos hoy tiene el potencial de impactar nuestro futuro de maneras significativas.
Vivir en el presente no significa simplemente disfrutar del momento, sino también tomar acciones concretas que nos acerquen a nuestros objetivos futuros. La procrastinación es uno de los mayores enemigos de un futuro exitoso. Posponer las acciones necesarias no solo retrasa nuestro progreso, sino que también puede generar ansiedad y estrés innecesarios. Tomar medidas inmediatas, por otro lado, nos permite avanzar y ganar impulso, lo que facilita la consecución de nuestras metas a largo plazo.
Eclesiastés 9:10: subraya la importancia de actuar con diligencia y aprovechar cada oportunidad mientras vivimos, ya que después de la muerte no hay más posibilidades de actuar.
«Todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo con todo empeño, porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo, ni planes, ni conocimiento, ni sabiduría.»
A menudo subestimamos el poder de las pequeñas acciones diarias. Sin embargo, es importante recordar que cada gran logro se compone de una serie de pequeños pasos. Al concentrarnos en hacer mejoras incrementales, podemos crear un impacto significativo a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el simple acto de dedicar unos minutos al día a un proyecto personal o a aprender una nueva habilidad puede, con el tiempo, llevar a un dominio completo o a la realización de un gran sueño.